Basta con voltear a ver el entorno y observar las diferentes situaciones que se presentan, muchas de ellas, ancladas a la desigualdad para cuestionarse sobre qué hacer o que acciones seguir. Justo este es uno de los motivos del activismo político, un despertar, una serie de acciones para cambiar el mundo. 

Bajo esa idea, es importante pensar en términos simples el activismo político. De esta forma, en una primera aproximación el activismo político se entiende como una serie de actividades o acciones para modificar las condiciones sociales actuales a partir de un programa político. Ahora bien, existen elementos que ayudan a entender en qué consiste el activismo político.

Dentro de los sistemas democráticos, la capacidad de acción a agencia de la ciudadanía es vital ya que a partir de sus actividades y esfuerzos se contribuye a fortalecer la democracia, por ejemplo, al acudir a emitir sus votos electorales o respetando las políticas públicas y reglamentos. En ese sentido, el activismo se encuentra dentro del mundo social, la cultura, y, por supuesto, la política.

La política o lo político nace para mediar los conflictos dentro de una sociedad por lo que se entiende como las relaciones establecidas entre una sociedad con cierta carga de poder. En ese sentido, las leyes, los reglamentos y el gobierno forman parte de la política, pero también las participaciones barriales, las decisiones ciudadanas y el cumplimiento de la ley. Con estos elementos de referencia, entonces, el activismo político se basa en formar un programa que mejore las condiciones sociales actuales dentro de los canales institucionales preferentemente. Bajo esa idea el activismo político es diverso.

En las interacciones cara a cara el activismo político se entiende en dos dimensiones: 

Institucional: Se refiere a los canales establecidos dentro del gobierno, por ejemplo, a través de partidos políticos, presupuestos participativos y todo aquella que provenga de instituciones de gobierno. 

Informal: Son canales o medios no reconocidos, principalmente provienen de movimientos sociales u organizaciones "informales" y efímeras para dar solución a un problema particular como la falta de agua, problemas de pavimientación entre otros.

De manera más reciente existe otro tipo de activismo político que se puede denominar como digital, así es, en el mundo online también se hace activismo político. Principalmente, esta forma de activismo se lleva a cabo dentro de las redes sociales y se tratan de construir y tejer redes para dar solución a una problemática compartida. Si bien, el medio digital es informal, ello no significa que no pueda ser institucional. De hecho, lo que se modifica es el espacio de interacción, sin embargo, en este medio el activismo político puede ser institucional e informal. En especial porque en años recientes diversas instituciones de gobierno alrededor del mundo han utilizado el internet como un medio para gobernar.

Ahora bien, si te interesa cambiar el mundo, el activismo político puede ser para ti ya sea a través de tejer redes e informarte de un problema común como el tema ambiental o apoyar a diversas Organizaciones No Gubernamentales (ONG). La decisión es tuya.